Artistas de incuestionable talento como Camille Claudel o Dora Maar acabaron sus días en el más absoluto abandono, siendo víctimas del silencio. Las fotografías de Gerda Taro quedaron para siempre sepultadas bajo la gravedad del nombre de Robert Capa. La obra de Françoise Gilot o Dorothea Tanning ha sido completamente fagocitada por la grandilocuencia de Picasso o Max Ernst. Artistas imprescindibles como Leonora Carrington, Sonia Delaunay, Gabriele Münter, Anni Albers o los logros de la mecenas Peggy Guggenheim siguen, hoy en día, ligadas indisolublemente a sus compañeros artistas hombres. Con este proyecto collagístico se pretende poner en valor la identidad y la trayectoria artística de estas mujeres “otras” (siguiendo a Simone de Beauvoir y su concepto de “alteridad”) que han sido sistemáticamente obviadas por la historiografía.